Acabando de entregar -después de más de un año
de trabajo- el libro de Caperucita al estudio que finalmente lo mandará
a la imprenta, decidí pedir consejo a mi editor. Su respuesta describió
tan bien todo lo que me fue pasando estos días que resolví compartirla
con todos.
Así que aquí va la:
PSICOBIBLIOGRAFÍA
PARA EL ILUSTRADOR NOVEL
por Istvan Schritter
----- Original Message ----- From: "Leicia" To: "Istvansch" Sent: Wednesday, January
18, 2006 8:05 PM Subject: la divisa
Hola Istvan, Ya te mandé mail y te dejé un mensaje. Es que me olvidé
de preguntarte qué se hace después de entregar un libro (lease:
qué se hace con la ansiedad, los nervios, el relajo, etc. Ya me tocó
perderme en la calle). Bueno, ya aprenderé. Etc., etc., etc. Besos, Lei
And Istvansch wrote:
...Y respecto de qué se hace... ayayay... a mí me costó años
saberlo... pero puedo darte algunos consejos, por ahí te sirven. La sensación
de vació es directamente proporcional a la de plenitud: hay que aceptarlo,
no es un delirio y uno no perdió la cordura. La felicidad del trabajo arduo
e incesante terminado hace pensar que uno tiene de nuevo un montónnnnn
de tiempo: no desbarrancarse cuando uno se da cuenta, a los pocos minutos, que
lo esperan quinientas cosas que fueron abandonadas en pos de concentrarse en lo
que se acaba de terminar. Tratar de disfrutar el mayor tiempo posible de la mencionada
felicidad. A mí me dura a lo sumo un día antes de empezar a embalarme...
pero lo ideal es darse tiempo una semana para el disfrute, sin pretender embarcarse
en nuevos proyectos ambiciosos. Cualquier nuevo proyecto ambicioso (ya que estamos
en tema), quedará irremediablemente postergado hasta que a uno se le pase
la sensación de plenitud/vacío, felicidad/desasosiego, misión
(una)cumplida/misiones (muchas) postergadas: no ponerse ansioso por tener pilas
para embarcarse en nada nuevo, tener la certeza que el momento llega, pero eso
lo deciden los astros y no uno. El momento de la publicación y tener el
libro entre manos siempre es lejano: por más que la fecha esté dada,
relajarse... o si no se puede relajarse, entonces ponerse terrrrriblemente ansioso,
taquicárdicamente ansioso, es un estado que dura poco porque sino te morís,
entonces viene la resignación, y el olvido del paso del tiempo, y un día,
de buenas a primeras, y sin darte cuenta, llegó el día en que te
avisan que salió el libro. Es el dato necesario para darte cuenta de que
estabas totalllmente deprimido porque el día no llegaba y ¡oppps!
¡llegó! entonces podrás vivir la nueva sensación de
depresión/euforia. El último consejo: todo lo mencionado es sano
y no se padece patología psicótica alguna, uno es un artista y no,
supongamos, contador, para esas profesiones -antípodas de la de uno- uno
padece una patología psicótica por el simple hecho de ser artista...
y viceversa (¡hay que estar loco para ser contador! ¿o no?) Eso es
todo lo que puedo decirte, la verdad es que no sabía que lo tenía
tan claro, me quedó casi como un articulito para usar de psicobibliografía
para el ilustrador novel. Y también para usarlo yo mismo, porque lo último
que hay que saber es que, salvo que seas Freud, esto te a a seguir pasando libro
tras libro, en todo caso podrás escribirlo y pasarlo en limpio, como yo
ahora, pero no hará manera de evitar las sensaciones mencionadas.
Un beso, te quiero, Istvan
ISTVANSCH istvansch@fibertel.com.ar
VIS�TEME en la WEB http://www.istvansch.com.ar/
www.educared.org.ar/imaginaria/15/6/destacados.htm
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